'Un viaje del cielo a la tierra y de Nazaret a Belén'

'Un viaje del cielo a la tierra y de Nazaret a Belén'

La historia se lleva a cabo en el corazón del apacible pueblo de Nazaret, los maestros y alumnos decidieron llevar la magia de la Navidad a otro nivel este año con un Festival Navideño que cuenta una historia conmovedora y con actuaciones memorables. La historia que capturó los corazones de todos.

La narrativa comenzó en las callejuelas del pueblo, donde un burrito anciano ya no podía realizar trabajos duros debido a su edad. Su bondadoso dueño, consciente de su limitación y deseando encontrarle un hogar amoroso, decidió venderlo. Pero no era una venta común; él quería asegurarse de que el nuevo dueño apreciara al viejo burrito tanto como lo había hecho él.

Durante días, el burrito esperó en el mercado con la esperanza de encontrar un nuevo hogar. Sin embargo, su avanzada edad parecía ser un obstáculo infranqueable. Ya de regreso a casa, desanimados, el dueño y el burrito fueron abordados por un hombre, llamado José, quien les dijo que solo podía pagar con una humilde moneda de plata. Explicó que necesitaba un burrito para realizar un viaje crucial con su esposa embarazada.

La generosidad de José tocó el corazón del dueño y, sin dudarlo, decidió darle el burrito. Así comenzó la travesía del Burrito Viejo hacia un destino más allá de las colinas de Nazaret, llevando consigo no solo la carga física, sino también la carga de Nuestro Rey.

En el Festival Navideño, los alumnos recrearon esta historia con bailables y música que resaltaban cada emoción del relato. Los pasos de baile representaban la travesía del burrito, desde su espera en el mercado hasta el encuentro con José, mientras que las notas musicales transmitían la ternura de este gesto de generosidad.

La comunidad se sumergió en esta representación mágica, conectando con la esencia de la Navidad a través de la historia del Burrito Viejo. Los niños no solo compartieron una historia, sino que también transmitieron un mensaje poderoso de compasión, generosidad y solidaridad, recordándonos a todos la importancia de apreciar y compartir en esta temporada festiva.

En conclusión, el Festival Navideño no solo fue una celebración de talento y creatividad, sino también una oportunidad para recordar que, al igual que el Burrito Viejo, cada uno de nosotros puede ser portador de amor y bondad en esta Navidad y en las que están por venir. Que esta historia resuene en nuestros corazones, inspirándonos a vivir la verdadera esencia de la temporada. ¡Felices Fiestas! 🌟🎄