2025-10-17
"Creer, crear y crecer"
Isa Reyes, egresada del Colegio del Bosque, creadora del método BIIT, que inspira a mujeres a transformar su día desde el movimiento.

Isa Reyes — Generación 2014
Fundadora del Método BIIT
Apasionada por el movimiento, la enseñanza y el bienestar integral.
Mi experiencia en el Colegio del Bosque fue única; la recuerdo siempre con mucho cariño y una nostalgia que me hace lamentar que haya pasado tan rápido. Desde niña veía a las alumnas grandes de tercero de prepa graduarse y pensaba: ‘algún día estaré ahí’, sin imaginar que llegaría tan pronto. Guardo con mucho afecto los recuerdos de los Torneos de la Amistad; tuve la fortuna de participar y siempre fue una gran ilusión. Cuando se celebró aquí en Puebla fue toda una experiencia: los ensayos, los traslados al estadio y la emoción de representar a mi colegio.
A todas las maestras que formaron parte de mi educación les tengo un cariño enorme; cada una dejó una huella en mí. Hasta la fecha, cuando me encuentro con alguna, me da mucha alegría poder saludarla y agradecerle lo que sembró en mí.
Dicen que en el colegio haces a tus verdaderas amigas, y en mi caso fue totalmente cierto. Son amistades que nacieron desde niñas y que crecieron conmigo año tras año. Recuerdo con mucha risa la emoción (y angustia) de revisar las listas de asignación de salón, esperando haber quedado con tu mejor amiga. Si no era así, sentía que el mundo se me venía abajo. Hoy esas amigas siguen siendo parte fundamental de mi vida: compartimos viajes, bodas, comidas, risas y apoyo mutuo en los buenos y malos momentos. Aunque no nos vemos diario, seguimos presentes unas para las otras.
Los valores que el Colegio del Bosque me inculcó —fe, respeto, liderazgo, humildad, autenticidad y perseverancia— han sido la base de mi vida profesional. La perseverancia, sobre todo, me define: me ha impulsado a seguir adelante y a confiar en que todo esfuerzo tiene su recompensa.
Mi mayor proyecto es el que he construido hasta hoy. No hay nada más satisfactorio que ver a mis alumnas salir felices después de clase y sentir que puedo cambiarles el día. El Método BIIT me dio la oportunidad de crecer, de descubrir de lo que soy capaz, de abrir puertas y de conectar con personas maravillosas: alumnas, amigas y colegas. Cada una de ellas ha sido parte de mi historia.
Mis alumnas y mis pacientes son mi motor. Aunque me encanta dormir, todos los días me levanto a las 5:50 a.m. para dar clase a las 7:00. Sí, cuesta, pero todo vale la pena cuando llego al salón y las veo contentas, platicando y listas para empezar. Con mis pacientes me pasa igual: su emoción al mejorar, sus mensajes agradecidos y sus fotos de progreso me recuerdan que estoy aportando un granito de arena para su bienestar.
Emprender no es fácil, es para valientes. Cuando decidí crear mi propio método, sentía miedo e incertidumbre, pero también mucha ilusión. Recuerdo un día en que nadie había reservado mi clase de las 7:00 a.m. y llamé a mi mamá preocupada. Ella, siempre alentadora, me dijo: ‘Preséntate, aunque no llegue nadie’. Y tenía razón. A partir de ahí, seguí con constancia hasta llenar todas mis clases. Comencé a abrir nuevos horarios, dar clases en eventos y ver cómo el Método BIIT crecía más de lo que imaginé.
Hoy sueño con que BIIT llegue a toda la República, que más mujeres lo conozcan y se enamoren de él como yo lo estoy. A quienes estén por emprender les diría: háganlo, sin miedo. No se arrepentirán. El primer paso ya es una victoria.